Pues parece que os ha encantado que publicásemos los episodios aquí en Substack y nosotras estamos encantadas de poder crear estos posts cada mes. Gracias por escucharnos y por acompañarnos en este proyecto. Ojalá os sintáis comprendidas y representadas. Ojalá descubráis autoras y libros nuevos que os enamoren. Y ojalá os deis cuenta de que estamos todas viviendo con las mismas dudas y las mismas heridas.
Este tema es muy especial para las dos porque las dos tenemos heridas por la ausencia de raíces. Nos preguntamos a menudo dónde está nuestra casa y si sentiremos que un lugar específico se convierte en nuestro hogar en algún momento de nuestras vidas. Creemos que sabemos por dónde van los tiros, pero dejaremos que lo descubráis con el episodio de este mes.
De nuevo, gracias a las personas que nos habéis mandado audios compartiendo vuestra experiencia. Nos ayuda a recordar y enseñar que realmente no estamos solos en este viaje que llamamos vida y que si hablamos de las cosas que nos inquietan, remueven y preocupan, podremos conectar y share the load.
(Otra claqueta fail más, nos encanta)
Este episodio tenemos un montón de fragmentos y nos encantan todos. Os recomendamos muchísimo los dos libros que hemos usado como eje principal para este episodio:
“En aquel primer fin de semana establecí el rito de la cena. Cuando me sentara a la mesa, tenía que haber flores; debía haber una botella de vino y que la mesa estuviera puesta con esmero, como por el mejor sirviente. Un libro abierto para poder leer, el equivalente a la conversación civilizada para un solitario. Todo estaba preparado como para recibir a un invitado y el invitado de la casa iba a ser yo.”
—Anhelo de raíces
Hacia los cuarenta y cinco años o así, yo vivía muy feliz sin tener propiedades y, de hecho, consideraba que tener propiedades era en realidad arriesgado. Entonces no tenía más responsabilidades que mi talento. Vagabundeaba, tomaba prestadas las vidas de otras personas, de otras familias, con la añoranza del hijo único; y durante muchos años no me decidía si mi corazón pertenecía a Europa o a América. —Anhelo de raíces
En cuanto a mis raíces, estaban allí, en la casa de mis padres en Cambridge; [...] con los baúles flamencos, el escritorio de mi madre y el gran bahut con sus columnas de nogal brillante parecían haber encontrado un hogar permanente. Allí, donde el jardín de mi madre creció, floreció y se multiplicó. [...] Allí, mi padre añadió librerías y estanterías para archivadores a medida que crecían sus bibliotecas de libros y archivos. —Anhelo de raíces
Mi madre murió primero, en 1950, tras una larga enfermedad; habíamos visto que su brillante existencia se extinguía lentamente y su final fue un alivio. Mi padre cayó como un gran roble, murió en cinco minutos de un ataque al corazón. Media hora después sonó el teléfono para mí en Denton, Texas, donde iba a dar una conferencia aquella mañana, y volé de regreso durante todo un largo día a una casa que ya no era mi hogar.
Todo fue repentino, violento, terrible. En una semana la casa se había vendido y en dos meses desmantelado, los libros desaparecieron, la tela de la vida en común de mis padres se desgarró. Pasé aquellos meses como en un sueño, apenas consciente, tomando decisiones porque tenía que tomarlas. —Anhelo de raíces
Descubrí muy pronto que la casa me exigía ciertas cosas. Así, por ejemplo, descubrí en los primeros días que necesitaba mantener la encimera de la cocina limpia de cacharros sucios y eso significaba fregar los platos después de comer; [...] Que la pared blanca era un fondo maravilloso para las flores y desde el principio consideré las flores una necesidad, lo mismo que comer. Así que, desde primavera hasta primeros de octubre, después de desayunar pasaba una hora en el jardín cortando y componiendo como mínimo seis ramos silvestres.
—Anhelo de raíces
he pensado que las casas están vivas. las casas son como son, y existen al margen de cómo queramos que sean. y somos nosotros los responsables por ir conociéndolas, poco a poco y a conciencia. intentando recordar cada pequeño detalle, para poder adaptarnos a ellas (porque nunca va a ser la casa la que se adapte a ti). [...]
he estado incontables veces en esta casa, desde que puedo recordar, y sólo ahora empiezo a percibir algunas cosas. cosas pequeñas. sobre cómo funciona la ducha, sobre dónde hay enchufes. sobre cuándo es mejor momento para abrir las ventanas, o bajar las persianas. sobre dónde se guardan las toallas, y dónde se acumula la ropa sucia.
esta casa y yo estamos empezando a hacernos amigas. y todo lo que yo viva aquí, y lo que ya he vivido, ella lo guardará para siempre —
En mi casa perfecta hay velas y flores y copas de vino preciosas. En Navidad, hay un árbol que no es de plástico, que respira y que volveremos a plantar, al que hay que dar de beber. [...] En verano, no hace demasiado calor, se está bien, una suave brisa te refresca la piel, y hay una hamaca en la que tumbarse a leer durante horas. En mi casa perfecta hay plantas por todas partes y platos suficientes para dar de cenar al menos a quince personas. O a veinte. [...] En mi casa perfecta hay un sofá lo suficientemente amplio para que se sienten todos mis amigos. Y pufs por si se quieren estirar en el suelo. [...] En mi casa perfecta las ventanas son grandes y hay una luz también perfecta, de ese tipo de luz que por las mañanas muestra las motas de polvo como destellos mágicos, y tengo mis libros ordenados —los encuentro todos, y si no lo hago, da igual—, libros en las estanterías, libros en montañas sobre el suelo y libros en la mesilla de noche y libros por todas partes. [...] En mi casa perfecta hay una chimenea que la calienta entera. Es una chimenea de fuego abierto, que puedes observar y escuchar, y sentir cómo las llamas arden sin abrasarte. [...] Mi casa perfecta es perfecta porque me gusta a mí así.
—Hola Stranger
Fue una hora extraña la que pasé allí, una especie de limbo. Supongo que llevé conmigo comida y bebida, pero no recuerdo haberla guardado. Había llevado maletas con ropa, algunas cajas de porcelana y cuadros, pero todavía no estaba preparada para desembalar. Las cosas y yo nos quedamos de pie esperando. La lluvia caía a cántaros. Una hora se convirtió en toda una vida en suspenso. Por última vez me pregunté si había tomado una decisión descabellada, si estaba asumiendo más de lo que podía abarcar, si tenía los recursos necesarios para vivir allí, si no estaría siendo una huida desastrosa hacia la nada. —Anhelo de raíces
Ni siquiera una vida nueva exorciza a los viejos demonios [..]. Pero había tomado la decisión de mudarme al campo por una necesidad poderosa, la necesidad de al menos llegar a un acuerdo con ellos. Deliberadamente estaba reduciendo mi vida al meollo y esto significaba que me había apartado de todo lo que nos ayuda a aliviar la depresión aguda frente a las exigencias de la vida cotidiana [...].
Pero frente a mis demonios, frente a mis propias creencias y conflictos, frente a lo que sentía inacabado, estaba la casa. —Anhelo de raíces
Pienso mucho en lo que significa el hogar para mí. Para la gente como yo que se mueve y que vive dentro de una maleta. Porque no puede ser que sean solo las cosas. ¿O sí que se trata de eso? ¿Es realmente el hogar el lugar donde viven tus cosas, donde la suma de objetos te convierte en la persona que eres? Construir hogares como nidos.
¿Qué es eso que nos hacen sentir las casas? ¿Se puede encontrar el hogar en una habitación de hotel? ¿En un avión, en una tienda de campaña? ¿Y cómo se hace eso? Trato de hallar mi hogar a través de la rutina, pero el problema es que mis expectativas para la rutina son muy bajas. Porque nunca llego a alcanzarla, por mucho que me esfuerce en ello. —Hola Stranger
Llegar sola a un lugar en el que no conoces a nadie. Estar segura de que es imposible que te cruces con un rostro familiar Saber que no hay regreso. Sentirte encerrada fuera. No comprender lo que te dicen, aunque hables en el mismo idioma. Eso te modifica para siempre. —Una casa lejos de casa
Este mes no tenemos tantas referencias porque nos hemos inspirado sobre todo en los dos libros mencionados de May Sarton y Chloe Wallace, nos han encantado.
Nos vemos el mes que viene para el último episodio de la segunda temporada!!!
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